miércoles, 5 de diciembre de 2012

Hierro y fuego



Utilizo la fragua y el yunque cuando tengo que hacer algún trabajo de forja sencillo, que no necesite mucho conocimiento y experiencia en el tema.
He podido comprobar que eso de forjar el hierro, cuando uno está mirando al maestro parece sencillo, pero cuando te ves entre la fragua y el yunque,  con una pieza de hierro casi enterrada en ascuas brillantes, aunque solo sea para sacarle punta, la situación es diferente. Tienes parte del trabajo hecho enterrado en fuego y tienes casi que adivinar cuando alcanzará la temperatura apropiada para trabajar la pieza en el yunque, pero en cuestión de segundos se puede fundir el metal y estropear todo el trabajo.
El maestro habla del cono de la fragua, de combustión más o menos ácida, de calentar el metal en diferentes puntos del cono según lo que se quiera hacer con éste, de conseguir que el núcleo y el exterior de la pieza a trabajar tengan la misma temperatura, de conjugar tiempo y temperatura para conseguir diferentes tipos de temple. 
Es impresionante la dedicación y el tiempo que se necesita para trabajar con destreza y conocimiento en ese oficio.


Hice esta incursión en el oficio de forjador para intentar comprender y poder apreciar algunos de los muchos trabajos de forja que hay en España y Francia, sobre todo los hechos en el románico, periodo en el que el trabajo de rejería y cerrajería realmente se hacían de forma artesanal. Es impresionante la maestría que se alcanzó en este oficio. Hay un libro muy interesante sobre este tema, es "Nacido del Fuego" de Lourdes Diego Barrado.

Algunos ejemplos de forja del románico:


















Fotos y vídeo encontrados en Internet.



A continuación he puesto algunas fotos de varios trabajos que he hecho.
Tengo que decir que aunque sean trabajos muy básicos dentro de este oficio casi mágico de la forja y herrería, nada de esto hubiese podido hacer sin las explicaciones, los consejos y la ayuda de mi amigo José Martínez, un gran conocedor del oficio de forjador.


















El fuego que funde el hierro en la fragua no es el fuego que marca el ritmo en el yunque, aprender esa ancestral cantinela es tremendamente difícil.